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CADA
VEZ QUE TE BESO (SERIE EXTRARRADIO 3)
AUTOR:
Juani Hernández Martínez
GÉNERO:
Romántico
PUNTO
DE VENTA: Amazon
SINOPSIS:
Primero,
Ángel y Sofía. Después, Darío y Vanessa… Todo indica que Raúl y Diana deberían
ser los siguientes, ¿verdad?
No, no y
no, responderían ellos con rotundidad… si no se hubieran besado.
Solo
ocurrió un par de veces, y una de ellas no cuenta porque fue un accidente sin
importancia… ¿o sí la tuvo? Porque ambos podrían negarlo si no hubiera sido
porque, en ambas ocasiones, el universo se detuvo a su alrededor mientras se
besaban.
Pero
centrémonos, que hay dos bodas en vistas. Ángel y Sofía parece que se lo han
tomado con calma, no así Vanessa y Darío, y verse inmersa en los preparativos
de una boda, aunque sea la de su amiga, hace que Diana se sumerja en los
fantasmas de un pasado que parece no querer abandonarla jamás. Y huir hacia
donde está Raúl no es la mejor opción… sobre todo cuando a él lo persiguen sus
propios demonios…
Raúl se
empecina en negar lo evidente. No quiere tener ningún tipo de relación con
Diana, y verla no hace más que ponerlo en riesgo de enamorarse de ella. ¿Por
qué entonces no sale corriendo en dirección contraria? En cambio, sus pasos
siempre lo llevan hasta ella… ¿Y por qué no ha dicho que no a tan descabellada
proposición?
No, no y
no… Lo negarán hasta la saciedad.
Sin
embargo, el universo seguirá deteniéndose a su alrededor cada vez que se besen.
MI OPINIÓN
PERSONAL:
Dicen que
las segundas o terceras partes nunca fueron buenas. Vale, puede ser cierto, pero
NO en el caso de esta serie de libros y de esta autora que nunca, nunca, decepciona
con nada de lo que escribe. Muy lejos de decepcionar, te deja con un sabor muy
bueno de boca, con una sonrisa en los labios…, con unas ganas tremendas de más.
Cierto es
que las trilogías, algunas trilogías, quizás decaigan un poco en sus capítulos
finales, o en esos terceros libros que, a veces, es verdad que son un poco más
de lo mismo, pero, en cualquier caso, aun a riesgo de repetirme, debo insistir
en que NO sucede eso con el último libro de la Serie
Extrarradio, Cada vez que te beso. Todo
lo contrario, pienso que Juani Hernández Martínez se ha ido creciendo y
superando a sí misma con cada nuevo trabajo publicado.
La autora
ha dicho muchas veces, a través de sus redes sociales, que cada libro, cada
historia, lleva algo o mucho de ella misma, bien, pues eso se nota sobre todo
en esta última entrega; en donde pienso que ha dado todo lo que podía dar, el
todo por el todo, haciéndonos con eso partícipes y cómplices de esta hermosa
historia de amor.
Por todas
estas razones, desde aquí quisiera animar a aquellas lectoras que aún no han
leído esta fabulosa serie a que corran ahora mismo a subsanar ese error, pues no
saben lo que se están perdiendo.
Si las
anteriores entregas de esta serie me fascinaron, me enamoraron, me emocionaron…,
esta me ha dejado total y gratamente impresionada. No solo por la maestría de
Juani Hernández Martínez a la hora de tratar ciertos temas candentes, muy problemáticos
y desgraciadamente actuales, sino también por la fragilidad, por la ternura de
sus personajes, por su necesidad de amar, de ser correspondidos, de ser amados
a pesar de que los protagonistas se lo estén continuamente negando a sí mismos,
intentando disfrazar sus sentimientos y actitudes bajo la primera excusa que
encuentran.
Raúl y
Diana te hacen pasar del enfado o rabia en un segundo, a la
ternura más absoluta en el segundo siguiente, porque si hay algo en este libro,
es que su historia enternece, sorprende y agrada. En este libro hay mucho amor,
y ese se respira con cada línea que lees.
Es muy sencillo
perderse en esta novela, en sus páginas, es absolutamente imposible en un
momento determinado de la historia dejar de leer, es fascinante ese final que
la autora les ha dado a todos los protagonistas, principales… o no. Es un
broche de oro puro, digno, brillante e impresionante.
No os
podéis imaginar la cantidad de sentimientos que pueden estar escondidos en un
simple beso, pero podríamos preguntarles a Raúl y a Diana qué es lo que ellos
sienten cada vez que se besan. O mejor aún, descubridlo vosotras mismas leyendo
esta preciosa historia.
Pero vayamos
por partes. Tras contarnos la historia de Ángel y Sofía en “Lágrimas de Ángel”, la de Darío y Vanessa en “… y navegar en tu mar”, Juani Hernández Martínez nos pone
el broche de oro a la Serie Extrarradio con “Cada vez que te beso”,
la historia de Raúl y Diana, dos almas perdidas en un pasado tan difícil como
duro, que está marcándoles totalmente en su presente, impidiéndoles avanzar
para construir un futuro juntos… o separados.
Un futuro en
el que la palabra amor forme parte de la ecuación. Dos almas cuyo primer encuentro
no es el más afortunado; dos almas que intentan huir de lo inevitable, pero que
se llaman la una a la otra porque, en el fondo, son dos partes de un mismo todo,
dos imanes poderosos que se atraen sin remedio…, sobre todo, cada vez que se
besan. Dos almas unidas por un pasado que no pueden dejar atrás, por el miedo
al rechazo, por el temor de sentir el dolor de la pérdida, por la inseguridad.
Por el miedo a vivir, a sentir un amor tan poderoso que puede ser su salvación
o su perdición total, dos almas que no se atreven a amar por miedo a sufrir por
ese amor, por miedo a no ser correspondidas. Es aquí donde puede estar la clave
de todo, de sus actitudes, de sus maneras de actuar… Miedo sería la mencionada
palabra clave.
Ambos se
han negado a sí mismos debido a ese pasado que arrastran, el sentimiento del
amor. Por eso, cuando se dan de bruces con él, el golpe es terrible y mortal
para sus corazones. Porque por mucho que ellos se lo nieguen, tras ese primer
beso, el amor ha llamado a su puerta de una manera total, sin darles opción
ninguna, sin derecho a elección, a pesar de que intenten disfrazar el
sentimiento poniéndose tanto a sí mismos como al resto todo tipo de excusas.
El caso es
que hay una dama en peligro y un caballero de brillante armadura con un medio
de locomoción a la altura de las circunstancias y dispuesto a salvarla. Él no quiere ser ese caballero, pero no puede
evitarlo, sus dudas, sus comeduras de coco, su mal genio por no querer
reconocer las cosas, todo…, todo lo que hace, cómo actúa… ¿Realmente lo hace
todo por ella, o las excusas que se pone tanto a sí mismo como a los demás son
verdaderas y no inventadas por su mente reacia a ver la verdad?
En esta
última entrega, la autora también nos deja saber qué tal les va a las otras dos
parejitas. Como muy bien dice la
sinopsis, Darío y Vanessa están preparando su boda y, sin saberlo, el escenario
adecuado para la rendición de la pareja…, o puede que quizás no, puede que
todavía tengan cuerda para ponernos un poco más de los nervios… O puede que de
nuestras bocas salga un suspiro de alivio mientas pensamos… ¡POR FIN! Pero para
ver cuál de las opciones es la correcta, tenéis que leerlo, no vale que yo os
lo cuente.
Sofía y
Ángel, por su parte, continúan más enamorados que nunca. Al lado de Sofía,
Ángel ha superado todos sus demonios, y ahora enfrenta el futuro que se le presenta
con una gran ilusión. Las dos parejas serán
unos aliados excelentes, cómplices de ese amor que es obvio que ha surgido
entre nuestros dos protagonistas, a
pesar de que ellos quieran negarlo. Los chicos y sus novias siempre atentos a
cualquier cosa que pueda enturbiar la alegría de sus amigos, se dan cuenta en
seguida de lo que ambos sienten el uno por el otro y no dudan en actuar en
consecuencia.
Antes de
pasar a analizar a los personajes más detalladamente, quiero hacer hincapié en
dos cosas. Una es que prestéis atención al prólogo, un principio de la historia
muy especial con el que tal vez comprendamos a Diana un poquito más, algo que
puede que nos sea necesario en muchos momentos de la historia para poder
ponernos en sus zapatos. Un principio que te deja hipnotizada porque
sinceramente es… digno de leer, no de que yo lo cuente. Atención también al
capítulo siguiente, porque es el turno de Darío para intentar que lo
comprendamos un poquito más… ¿Lo conseguirá?, ¿o puede que nos haga enfadar un
poquito? ¿Serán quizás las dos cosas?
La segunda cuestión
que quería resaltar es la maestría, elegancia y rotundidad con que la autora
aborda, a través de varios de sus personajes, un tema tan tristemente candente
y actual como desagradable, tratándolo no solo desde la perspectiva de uno de
los actuantes, sino de todos. Es lo bueno que tiene narrar en tercera persona,
que a la hora de juzgar, evaluar o criticar, lo puedes hacer con más
conocimiento de causa, ya que se tiene la perspectiva de todos los que
intervienen en la narración, haciéndonos partícipes en cada momento de lo que
sienten o de la razón por la cual actúan así.
Analicemos
ahora a cada uno de sus personajes, empezando por mi favorito: Raúl.
En primer
lugar, pienso que Raúl es un poco el preferido de muchas de las lectoras que ya
han leído este tercer libro. Creo, además, que se ha ganado ese puesto por su
sencilla forma de ser, no solo por su aspecto físico, que es absolutamente devastador.
La autora dice que Raúl es el más guapo de los tres, y no le falta razón; además
de ser el portavoz del grupo, ya que ha desarrollado una especial habilidad
para lidiar con esos medios de comunicación que pueden ser tus más fieles
aliados o tus más acérrimos enemigos. De ambas cosas podrá ser fiel testigo
nuestro protagonista, además de poder llegar a sentirlo en sus propias carnes, porque
en un momento determinado puede volverse a su favor… o contra él.
Guapo a
rabiar, Raúl es mucho más que un cuerpo, que un aspecto físico o el magistral
bajista del grupo Extrarradio. La autora nos mostró en los libros anteriores al
bajista, aquí nos ha mostrado al hombre y ese es el que nos ha encandilado, el
que nos ha enamorado, yendo mucho más allá de su espectacular aspecto físico.
En la
anterior entrega, le dejamos tomando una decisión trascendental para su vida, que
había estado posponiendo desde hacía tiempo; en esta lo encontramos, al
principio del libro, llevando a cabo esa
decisión, quizás muy liado y confuso
mentalmente por algo que sucedió entre Diana y él en Lágrimas
de Ángel, primer libro de la serie. ¿Qué es lo que le ocurre, que no
puede sacar de su cabeza a Diana desde el día en que…?
Como ya he
dicho arriba, Raúl es algo así como un caballero andante dispuesto a salvar a
la damisela en peligro, algo que ya le pasó factura en un momento de su pasado,
o eso es lo que nos parece entender…, un momento que le es difícil dejar atrás,
que está marcando de tal forma su presente que es incapaz de superarlo y vivir,
abrirse al amor, a la posibilidad de ser feliz.
Pero a
pesar de esa dura experiencia de su pasado, Raúl no puede pasar de largo ante
algo que le ocurre a Diana, sabiendo que él puede ayudarla, por lo que tras
unos momentos de dudas lógicas por otro lado, dudas que Ángel ayuda a despejar,
corre a hacer lo que su corazón y mente desean. Tierno, dulce, fiel… Por su
aspecto físico crees que es un hombre capaz de comerse al mundo entero, hacer
frente él solito tanto a sus propios monstruos como a los de los demás… En
cierto modo acaba siendo así, pero al principio…, al principio Raúl es frágil
emocionalmente hablando, un hombre que ha sufrido, pero que al mismo tiempo se
ha hecho a sí mismo, ha sabido salir adelante aunque no haya podido olvidar ese
incidente de su pasado. La verdad es que quizás tuvo mucha suerte de que Tony y
los demás componentes del grupo aparecieran un día en su vida. ¿Qué hubiese
pasado si no…?
Diana es la
única persona capaz de llevarlo a la redención más absoluta o de destrozarlo
del todo. A pesar de que se lo niega a sí mismo, él lo sabe, en su fuero
interno, en su subconsciente lo reconoce. Así se lo hace ver Ángel una y otra
vez en sus contundentes charlas de amigos, porque Ángel ya pasó por eso, siendo
el único quizás capaz de ayudarlo emocionalmente, a pesar de que Darío también
está a su lado, como el buen amigo que es.
Como digo, Diana es la única persona capaz de
salvarlo de sí mismo o de hundirlo del todo, por eso huye de ella…, o por lo menos
lo intenta. Él tiene miedo al rechazo, a sufrir, a sentir dolor o a comprometer
un corazón que, según él, ya no es capaz de sentir nada. Raúl siente miedo a
que… la historia se repita. Pero dentro de él algo está comenzando a cambiar,
algo le hace sentir de otra manera, como nunca se ha sentido; algo que aunque
él se lo niegue a sí mismo, está ahí, marcándole y materializándose en ese
deseo que siente, esa atracción irresistible por besar a Diana, por
estar a su lado, por y para ella.
La única
realidad para él, aunque se la niegue, es que siente algo muy poderoso a lo que
no se atreve a ponerle nombre… cada vez que besa a Diana, cada vez que está
cerca de ella. Y cuando está lejos no puede evitar tenerla en sus pensamientos,
tanto a ella como a sus besos. Siendo incapaz de pensar en nada más y de ver… a
nadie más.
El problema
es que cuando está a su lado algo…, o quizás también alguien, le impide poner
en palabras ese sentimiento. ¿Será porque no es capaz de reconocérselo a sí
mismo?, ¿o será quizás por otro motivo? ¿Será que ambos son tan cabezones que
se alejan el uno del otro sin quererlo ni desearlo?
La vida de
Raúl no ha sido nunca de color de rosa, ninguna vida lo es del todo; cualquier
vida que se precie, sea real o inventada por un escritor, tiene que tener momentos
buenos, momentos malos…; decisiones tomadas ante un acontecimiento determinado,
decisiones que unas veces se toman sin tener posibilidad de vuelta atrás. En
cambio, de otras, nos podemos retractar… Todo depende del curso que tome la
vida, los acontecimientos que suceden en momentos determinados de ella…, del
destino.
El problema
es que para Raúl esos momentos siempre han sido malos, duros… o quizás
solitarios. Tuvo que sobrevivir, tanto en su infancia como en su adolescencia,
a duros y tensos acontecimientos. Salió a flote por sí mismo, eso sí, pero la
persona que surgió después de aquello, puede que no sea el Raúl que es capaz de
llegar a ser, el que en realidad es, escondido tras esa apariencia perfecta y
desenfadada que le muestra al mundo.
No voy a
decir que en su pasado posterior a ese traumático suceso, antes de la llegada
de Diana y como miembro del grupo Extrarradio, no haya habido también buenos
momentos, porque, de hecho, los hubo. Conocer a Darío y a Ángel, sus amigos,
más que eso… su familia, formar junto a ellos ese grupo que tanto beneficios
personales y materiales les ha dado, ha sido sin duda una de las mejores cosas
que le han pasado en su vida, porque puede que Raúl encontrara en la música una
respuesta, una salida a ese pasado doloroso…, pero puede que no sean las únicas
cosas buenas que le sucedieron después de aquello. Conocer a Diana, creo que
marca en su vida un antes y un después, porque como Darío dice en algún momento
de la historia, puede que Diana sea capaz de salvarlo, ¿pero salvarlo de qué?,
¿de sí mismo, tal vez? ¿Es posible que también Raúl tenga en su mano la posibilidad
de salvar a Diana? ¿Que se salven al final el uno al otro? ¿O puede que no? Eso solo lo averiguareis leyendo esta
grandiosa historia.
También hay
que destacar la presencia de unas personas de su familia que, en su día, le
apoyaron en todo momento y de las cuales hablaré un poco más abajo. Sus tíos,
los cuales salen al principio del libro protagonizando un hecho que realmente
despierta en el lector un interés desmesurado por saber y conocer más. Luego se
presentan, al final, en un momento determinado que merece la pena ser
descubierto conforme vaya uno leyendo y llegando a ese punto.
Ángel y
Darío… También el manager del grupo, Tony, ¿por qué no?, son una constante en
su vida, más que sus amigos son… su familia. Unas personas con las que no puede,
ni quiere ni debe disimular, a pesar de que lo intenta, disfrazando su
frustración de mil y una maneras. Pero al manager, al batería y al cantante, no
los puede engañar, porque los tres le conocen demasiado bien.
Por eso es
importante aquí destacar dos cosas, por un lado, que demuestran su amistad en
este libro en reiteradas ocasiones, siendo sus cómplices en algunos momentos en
que él necesita de la ayuda de sus amigos para que esa labor de caballero
andante sea eficaz; además, Ángel, que ahora se siente feliz, capaz, satisfecho
al haber dejado atrás sus propios demonios, no duda en echarle un cable cuando
lo necesita. Lo mismo, por supuesto, se puede decir de Darío y de Tony.
Son de
destacar las charlas que Raúl y Ángel mantienen, charlas que son muy
beneficiosas para un bajista que se niega constantemente la posibilidad de ser
feliz, simplemente porque está convencido de que eso no es para él, que su
corazón, tanto el verdadero corazón, como ese que tiene tatuado en su piel y del
que nadie conoce su significado, están cerrados a ese sentimiento… Raúl piensa que no merece
ser feliz y a veces es casi imposible sacarlo de ese bucle, solo Diana, Diana y
su forma de ser… Diana y su presencia física… Diana y su recuerdo, Diana y… sus
besos.
Vayamos con
Diana. No se cómo hablaros de este personaje, de esta mujer que esconde la
cabeza bajo su trabajo, los libros y el estudio, sin daros un dato importante
de ella, algo que explicará su manera de actuar, su actitud cínica e hipócrita
ante el amor, viendo cómo sus amigas del alma son felices porque han luchado
por esa felicidad. Diana es distinta a ellas porque ella jamás sería capaz de
luchar, no se siente preparada para ello, mentalmente hablando; no se cree
merecedora de tal felicidad, es un poco igual que Raúl en ese sentido, porque
los dos se rinden…, ninguno lucha por ello hasta que no reconocen que ante lo
que sienten, ya no hay vuelta atrás.
Diana es una mujer con la autoestima muy baja,
debido a unas razones muy poderosas que solo descubriréis leyendo el libro,
siendo una de las causas principales de todos los desencuentros de la pareja,
de su angustia, de su sufrimiento, de su indecisión ante el amor y ante la
vida… Porque si hay dos características muy concretas de Diana, son que es una
sufridora nata y que no se valora nada a sí misma, que no se ve tal como es,
tal como la ven los demás. Muy por el contrario, está convencida de que es tan
poca cosa que ni siquiera el amor se dignará llamar a su puerta… otra vez.
Por los
anteriores libros de la serie, sabemos perfectamente qué le pasó, qué hecho de
su pasado marcó ese presente tan ingrato que se ha propuesto vivir, viendo la
vida pasar ante ella o reflejada en sus amigas, sin ser capaz de buscar algo
así para sí misma. Solo deciros que Diana es frágil, muy frágil, y en esa
fragilidad está a la vez su fuerza, pues en un momento de fragilidad total, de
descontrol total…, de desconcierto, es de donde sacará la fuerza necesaria para
salir de su estado de ofuscación…, para abrirse al amor…
Es un
personaje que deberéis descubrir por vosotras mismas, a pesar de que ya lo
conozcáis por los anteriores libros. Si esto es así, supongo que, como yo, os habréis
hecho una idea de ella, tendréis una opinión y, posiblemente, no buena, pues el
primer encuentro con Raúl no es nada agradable. Al contrario, es algo que
quizás, solo quizás, te lleve a preguntarte qué le pasa a esta mujer para ser
así.
Bueno, pues
algo de ello se desvela, como digo, en los anteriores libros, pero no será
hasta este cuando conozcamos el verdadero alcance de su dolor, de su actitud
ante una vida, ante una posible felicidad que está convencida que a ella no le
corresponde. Sin saber que también tiene su príncipe azul destinado para sí,
sin ser consciente de que este puede que haga su aparición cuando menos se lo
espera. ¿El problema? Muy sencillo, está tan convencida de que eso no es para
ella, que es tan indigna de que nadie la ame, que una y otra vez responde a los
avances de Darío escondiendo la cabeza como el avestruz. Es incapaz de ver el
amor cuando este está constantemente llamando a su puerta.
Lo que nos
lleva a preguntarnos: ¿tan grave es lo que le pasó en realidad como para tener
esa autoestima tan baja? Porque esa puede ser la raíz de todo el problema: el primer
ingrediente para hallar la felicidad es quererte a ti misma, valorarte y
apreciarte. ¿Le pasa esto a Diana en realidad? ¿Es posible que tenga tanto miedo de lo que
siente cada vez que Raúl la besa, que decida salir corriendo de allí?
Diana es
frágil, muy frágil, es posible que la vida y las circunstancias la hayan hecho
así, pero es que tampoco lucha por salir de ese estado de ofuscación. No lucha,
se ha conformado. No es como Sofía, que sabe lo que quiere y va a por ello sin
dudarlo; ni siquiera como Vanessa. Ella es distinta y puede que esa distinción,
esa fragilidad, esa dulzura que irradia, esa belleza interior, sea lo que
atraiga como un imán a Raúl hacia ella. Eso y sus besos, claro está… Pero, como
digo, Diana es frágil, indecisa. Menos mal que tiene a unas amigas dispuestas a
suplir esa carencia, a ayudarla, a apoyarla en todo, a darle ese pequeño
empujón necesario cuando ella, tozuda, temerosa, equivocada, hace algo que
puede dar al traste… con todo ¿Qué será ese algo?
Solo deciros que si bien el sacrificio es un
acto de amor, el más grande que pueda existir, también puede llegar a ser
inútil, erróneo e ineficaz, porque en vez de ayudar a esa persona por la que te
sacrificas, la puedes llegar a hundir un poco más. Las batallas deben librarse
juntos, no cada uno por su lado, solo así puede llegar a conseguirse la
victoria total. Pero también quiero dejar claro que una persona capaz de
sacrificarse por otra, es una persona que ama de una manera total, aunque su
decisión o su sacrificio sean innecesarios. Nada más voy a deciros, solo que
este personaje es muy humano, tierno dulce y bonito, alguien que os hará quizás
enfadar un poquito con sus reacciones y actitudes, pero que también os llegará
al corazón.
De Ángel,
Darío, Sofía y Vanessa ya os he ido hablando a lo largo de toda la reseña, solo
añadir que son cada día más felices que su relación prospera; que Darío y
Vanessa preparan su boda; que Ángel ha superado todo, que es feliz junto a una
Sofía que lo quiere con locura y que quizás… nos den alguna agradable sorpresa.
También volver a recalcar la importancia que tienen para que el amor de la
pareja pueda llegar a buen puerto. Ya que del mismo modo que Darío y Ángel son
un buen punto de apoyo para Raúl, Sofía y Vanessa lo son para Diana, llegando
incluso a hacer hasta lo imposible en un momento determinado para que entre en
razón. Incluso puede que lleguen a echarle más de una bronca para hacerla
recapacitar.
¿Os
acordáis de Cristina? Espero que las que hayáis leído…Y
navegar en tu mar, sí lo hagáis. Para las
que no, os diré que es la hermana de Darío, alguien que tuvo un especial peso y
protagonismo en este anterior libro. Cristina, en esta nueva entrega, está
dedicada a preparar la boda de su hermano mientras trata de superar los hechos y
acontecimientos que tienen lugar en …Y navegar en tu
mar. Cristina ha tenido que soportar durante toda su vida una pesada
losa en sus espaldas, en este libro aparece de nuevo para contarnos cómo la va,
cómo sobrelleva esos acontecimientos que se precipitaron en …Y navegar en tu mar y que aún siguen desarrollándose
en este para darles su punto final.
Solo
deciros que es un personaje que de ser débil por unas razones que averiguareis
leyendo, pasa a ser fuerte, muy fuerte, inteligente, fría…, lista, lo suficiente
como para enfrentarse a su demonio personal y poder, quizás, salir airosa.
Junto a
ella tenemos a Bieito, su marido. Todas las que leísteis la anterior entrega de
la serie ya lo conocéis. Sabéis de sus andanzas y de lo que es capaz… O ¿puede
que todavía os deje más boquiabiertas aún? Para aquellas que no hayáis leído
ninguno de los libros, deciros que es un personaje del cuál mejor no hablar,
pues es preferible que lo descubráis vosotras leyendo el libro, ya que es el
típico personaje susceptible de algún que otro spoiler al momento de hablar de
él. Solo decir que no es el héroe, sino el antihéroe, uno de los antagonistas
que cumple a la perfección el papel que la autora le ha asignado en esta
historia.
Al terminar
…Y navegar en tu mar, dejamos
a Wences, hermano también de Darío, en
una situación complicada. Bueno, pues solo deciros que Juani nos da respuesta y
salida, buena o mala, a esta situación, del mismo modo que nos las da con
Cristina, y es algo de agradecer pues en …Y navegar en tu mar nos dejó un poco… ¿confusas?, ¿perdidas?,
¿deseando saber más? Bien, pues que sepáis que en este libro nos da esas
respuestas…
Uno de los
personajes que aparecen nuevos en Cada vez que te beso es Andrés, un policía de Combarro (el pueblo
gallego de Darío), al mando de un caso muy
especial que le pondrá en contacto con la familia de Darío, a la cual ya más o
menos conocía, ya que en los pueblos pequeños se conoce todo el mundo. Andrés
es un buen hombre, que irá tomando poco a poco su lugar en la historia, siendo
parte importante de ella en varios momentos del libro. ¿El futuro de este
personaje?, ¿su misión primordial en la historia?, ¿su peso en el libro?...
De pasada y
con poco protagonismo, vuelven también a aparecer los padres y la abuela de
Darío. La buena mujer sigue en su línea, regalándonos algunos momentos
divertidos. También sabremos cómo le ha ido a Merche, la madre de Sofía, con
los cuidados que Ángel le procura.
Otros que
también nos van a sorprender son los padres de Vanessa, ¿para bien?, ¿para mal?,
Únicamente deciros que la vida es a veces dura y a veces condescendiente; que
hay ocasiones en que todo termina bien y ocasiones en que ese final feliz no es
posible… Para saber qué sucederá con estos personajes ya sabéis… Por cierto,
esto también se podría aplicar a Raúl.
Mención
especial requieren los padres de Diana, unos padres que siempre la han apoyado
de la mejor manera que han sabido, acogiéndola en su seno…, protegiéndola, apoyándola
todo lo que han podido y de la mejor manera que han sabido. Hay que destacar la
complicidad que tiene con una madre que se da cuenta enseguida de lo que sucede
por la cabeza de su hija, y no duda en darle el mejor de los consejos.
No me puedo
olvidar tampoco de una abuela entradita en años, un poco cotilla y capaz de
darle el empujón final… Ese que Diana necesita para hacer de una vez por todas lo
que tiene que hacer. ¿Le hará por fin caso Diana?
Hablando de abuelas, quisiera resaltar aquí la
importancia que tiene para la autora esta figura en el entorno familiar, pues
ya nos describió un personaje entrañable a la vez que matriarcal en …Y navegar en tu mar, con la abuela de Darío, y lo ha
vuelto a hacer en Cada vez que te beso. La
abuela de Diana es el típico personaje que sale muy poco, lo suficiente para cumplir
su papel primordial en la historia, pero, al mismo tiempo, es de esos que
adoras, que te dejan una huella profunda cuando terminas de leer. ¿Cuánto habrá
de Juani Hernández Martínez en esta mujer tan peculiar?
Mencionemos
ahora a los tíos de Raúl, quienes siempre han estado presentes en la vida del
bajista, siendo una parte importante de ella, una constante porque le han
apoyado en los momentos más dramáticos de su vida, acogiéndole, ayudándole del
mismo modo que los padres de Diana hicieron con ella, sosteniéndole en los
momentos más duros, dándole su espacio, su sitio seguro. Culpables, en cierto
modo, del rumbo profesional que el bajista tomó en un momento determinado,
cuando este halló su refugio en la música.
Tendremos
ocasión de conocer también a los padres de Raúl. Sobre estos personajes deciros
que no voy a hablar de ellos más que para decir que tienen su peso en la
historia, en la medida en que forman parte de ese pasado de Raúl. ¿Serán parte
de su presente también?...
De igual
modo hay que hablar de Tony, el representante del grupo, alguien constante en
la vida profesional de los muchachos. Un padre para ellos, un mentor, un amigo,
alguien con quien enfadarse o sacar las frustraciones; alguien que te responde
cuando lo necesitas de verdad. Un apoyo para Raúl en un momento determinado. Alguien
que sabe dar buenos consejos y que será aliado de nuestros tres amigos frente a
otro personaje que sale muy poco, pero que cuando lo hace genera unos
sentimientos en el lector muy encontrados. ¿No merece Tony también su propia
historia de amor?
Nada, vamos…
con Alfonso, a quien he dejado para lo último porque no es un personaje del que
me resulte fácil hablar. Es imposible dar detalles de él sin desvelar algo que
puede ser la causa de la fragilidad, de la baja autoestima de Diana, de su
sufrimiento. El culpable de que ella sea incapaz de ser valiente y dejarse
llevar. Solo apuntar que es su ex. Creo que con este dato, las que hayáis leído
los anteriores libros de la serie, os lo digo todo. Descubrid a Alfonso por
vosotras mismas, forjaros una opinión de él… Yo lo hice desde el minuto uno en
el que salió, y os juro que hay momentos en que… No es un personaje bueno…, muy
por el contrario, es el antagonista de la historia… Como tal cumple a la perfección
su papel en ella, haciéndoles muy bien el juego a nuestros protagonistas,
adquiriendo más peso a medida que transcurre la narración.
Juani
Hernández ha creado un personaje muy candente, muy actual…, monstruosamente humano,
con todas las aberraciones y miserias que el ser humano es capaz de cometer,
con todas las barbaridades, con todas las bajezas… Pero con ninguna de las
virtudes y cosas buenas que ese mismo ser humano es capaz de desarrollar. Es
hipócrita, egoísta, inmoral, manipulador...
Para
terminar, quiero deciros que me consta que hay lectoras y fans pidiendo más libros de la serie con las
historias de personajes que o bien empiezan su andadura en este libro, o bien esa oportunidad todavía no llegó. Quiero
unirme a todas aquellas que lo piden porque, sinceramente, me he quedado con
ganas de más. Pienso que esos personajes merecen su final feliz, así que ahí lo
dejo, Juani Hernández Martínez.
Me resisto
a creer que Extrarradio haya dado su último concierto… No puede ser verdad. Que
esto no sea un adiós, sino… un ¡¡¡hasta siempre, muchachos!!!
XTRD
SOBRE LA
AUTORA:
Juani Hernández nació en 1976 en
Aldaia (Valencia), aunque pasó la mayor parte de su infancia en Picassent
(Valencia).
Finalizó la carrera de Arquitectura
Superior en la Universidad Politécnica de Valencia, se define como arquitecta
de profesión y escritora por devoción.
Su primera incursión en la novela
romántica fue «Mi corazón en tus manos», la primera parte de la saga de «Los
Lagos» y que fue publicada en diciembre de 2013.
Tras haber
finalizado esta saga y la serie Extrarradio, continúa trabajando en varios
proyectos con los que espera sorprender en este 2016.
Actualmente
vive en Aldaia, donde su principal ocupación es cuidar a sus dos preciosos
hijos, aunque siempre se las ingenia para hacerse con un buen puñado de ratos
libres y seguir escribiendo.
Si quieres
contactar:
www.facebook.com/Juanihernandezautora
@JuaniHdezAutora
Para más información sobre la Saga
de Los Lagos:
www.lasagadeloslagos.blogspot.com
Y búscanos también en el grupo de
facebook de «La saga de Los Lagos» y «Los Ángeles de Extrarradio».
María del
Pilar Aguado Conde
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